Hay que esperar al minuto 6,47, para entender por qué este
hombre dice lo que dice, cuando aparece el rotulo sobreimpresionado. El
problema no es lo que este hombre diga sino por qué lo dice, qué teme, qué le
ha obligado a dar el paso de hacer públicos sus sentimientos. El hombre, Sebas, dice, al fin, lo que sabe que se espera que diga, lo que espera oír de él quien lo está grabando. Y lo que dice bajo el rótulo es lo que hace indeseable la independencia. La distopía
catalana.
domingo, 11 de agosto de 2013
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