martes, 6 de agosto de 2013

De Morar a la isla de Skye



            La bruma intensa que cubría la bahía del Morar ha levantado y tras el breve viaje en ferry desembarcamos en la isla de Skay. La isla más grande de Escocia que forma parte de las Hébridas interiores. Paisaje parecido al de las Highlands, montañas elevadas, jóvenes, de origen volcánico cubiertas de verde, con escaso bosque y valles modelados por las glaciaciones. 


           Unas cuantas atracciones naturales sirven para que los turistas se acerquen a la isla: el Old man of storr, una gran roca vertical, como un monolito natural que se eleva separada de la montaña que le sirve de fondo; el Kilt Rock, un acantilado en forma de falda escocesa, pero que en esta época del año no muestra sus cascadas, por lo que queda muy lejos de los atractivos de L’Etretat normando o de la Playa de las Catedrales lucense-, o el curiosos paisaje del pequeño valle de las hadas, pequeños montículos en forma de almiar con recovecos y algunas pequeñas construcciones de piedra. Portree es la capital de la isla con su puertecito y sus casas pintadas, un lugar como cualquier otro para comer fish and chips.


            Cada lugar con su leyenda, como la del castillo de Eilean Donan Castle, ya fuera de la isla de Skay, reconstruido entre 1919 y 1932: un hermano soñaba con los planos de un antiguo castillo y otro hermano lo construía, posteriormente tras una pared de piedra aparecieron unos papeles que documentaron sueño y construcción. El castillo había existido antes y destruido en 1719, cuando una expedición española lo ocupó para ayudar a los escoceses contra los ingleses. Es una atracción porque está en una pequeña isla unida a tierra por un bonito puente. Ahí se han rodado algunas pelis de las que no todas pasarán a la historia, como Bonnie Prince Charlie en 1948 y The Master of Ballantrae en 1953,  Highlander  y Los inmortales en 1986, Lago Ness en 1995, Braveheart en 1995, El mundo nunca es suficiente en 1999 y La Boda de mi novia en el 2008.

            De vuelta las altas montañas, los valles y los lagos que caracterizan a las Highlands.


            Escribo mirando por la ventana el terso y liso golfo de Morar y su playa de arena blanca. Hoy la bruma no lo cubre, el cielo está limpio, se ven al fondo las montañas de Skye. Esperando la hora del crepúsculo, la bajada y el hundimiento del sol.


            Detrás está el lago de Morar –Escocia es tierra de montañas y lagos-, con 300 m de profundidad, un lago donde aseguran que Nessie tiene un hermano, Morag, aunque ¿quién lo he visto?

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