jueves, 25 de julio de 2013

Así es como la pierdes


            Junot Díaz ganó el Pulitzer con su primera novela La maravillosa vida breve de Óscar Wao. Me impresionó  la frescura y la creatividad lingüística cuando la leí, debido a la mezcla de inglés y español y su manera ligera de escribir. Sigue sucediendo en los cuentos que ahora publica bajo el título de Así es como la pierdes. Mujeres de melenas largas y negras, ojos verdes y culos prietos y hombres que se enamoran y las engañan. Todos ellos dominicanos que han dejado su país para iniciar una vida en los barrios latinos de Nueva Jersey. Algunos estaban casados y han dejado mujer e hijos y se montan otro simulacro de familia en Paterson. Otras son muchachas jóvenes, jevitas, que viven en cuartos pequeños junto a otras dominicanas esperando encontrar un trabajo duradero y un hombre que las proteja. Tienen la mente puesta en un futuro que nunca llega y en un pasado al que quizá hayan de volver. El decorado en el que viven está muy, muy lejos del paraíso pero están llenos de vida, se juntan y tienen sexo, no siempre acompañado de amor, y algunos mueren antes de tiempo por enfermedades que llegan sin avisar. Si su vida está a caballo entre dos mundos, también su lenguaje, rico en mixturas, lleno de invenciones que tratan de salvar su exigüidad. Algunas de las historias son vitalistas, puro derroche, otras son tristes, muy tristes.

            Casi todos los relatos de este libro hablan de la familia de Yunior, el narrador, narrador también de la novela premiada con el Pulitzer. No están ordenados cronológicamente, lo que produce un efecto curioso: sabemos que ocurrirá con esos personajes mientras los vemos llegar, por ejemplo a Nueva Jersey desde Santo Domingo por primera vez. Junot Díaz nos va contando sucesos nimios, diálogos intrascendentes, pero junto a ellos se cuela lo importante que va deduciendo el lector sin que se lo cuenten. En eso se emparenta con escritores como Carver o Ford o Tobías Wolff, aunque Junot Díaz va directo, no se pierde en florituras. Otras veces el relato es un torrente de sucesos que se aprietan en frases muy breves, entonces la relación se asemeja al discurrir de la conciencia que piensa a través de los hechos narrados. En todos ellos late la vida, el amor, el sexo, el engaño, la ruptura, el abandono, la melancolía, el dolor.


            El último relato, Guía de amor para infieles, parece justificar el libro entero. Yunior pierde a la mujer que más quería y durante años no levanta cabeza, intenta hacérselo con otras pero nada le calma, se muere de melancolía.

           Da gusto leer este libro en papel, manosear la portada con esos colores tan brillantes, tan limpios como la escritura de Junot Díaz, leer las hojas recién imprimidas, casi se llega a tocar todo lo que el narrador dice que está tocando. Hay casos en que el libro necesita ser leído con las manos.


No hay comentarios: