jueves, 30 de mayo de 2013

Torciendo la economía


           "Lo que sí han hecho las reformas del mercado de trabajo ha sido dividir a la sociedad. Hoy, casi una de cada cuatro personas empleadas trabaja por menos de nueve euros a la hora. Y 1,4 millones de alemanes se desloman por un salario de hambre inferior a cinco euros. Solo en EE UU hay un salario mínimo inferior. Uno de cada tres trabajos es inseguro. El empleo precario y la pérdida de cobertura de los convenios son responsables de que los acuerdos que negocian los sindicatos solo beneficien a tres de cada cinco trabajadores. Se ha sometido a dieta forzosa a los trabajadores alemanes. Alemania tiene la peor evolución salarial de Europa. En ningún otro país industrializado ha aumentado tanto la desigualdad".Dierk Hirschel, economista jefe del Sindicato Unido de Servicios de Alemania.

           "La economía moral del nacionalismo desprecia esta trama democrática. Su axioma básico es: “Hay conciudadanos que no son iguales a nosotros”. Para confirmarlo, basta con examinar el trasunto normativo de su obsesión por las balanzas fiscales y los lemas en que cristaliza. El primero, “España no nos sale a cuenta”, solo se entiende desde la desconsideración de los “no nacionales”. Hay unos que sí importan y otros que no. Por eso el cálculo no se contempla entre catalanes, no se pregunta, por ejemplo, si a Barcelona le conviene compartir comunidad política con la pobre comarca de la Anoia. Si diéramos por bueno el trasfondo moral del lema, lo debido sería hacer una lista de ciudadanos “desechables”; para empezar, niños, descapacitados y ancianos. Si hacemos unas preguntas y otras no, si “entre nosotros” no se piden las balanzas es porque a los otros no se les considera nuestros iguales". Félix Ovejero

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