jueves, 8 de marzo de 2012

No toda la izquierda es robótica


           Una pequeña empresa trabaja sobre pedido para una Gran Superficie. Como consecuencia de la crisis no sólo se ha reducido los pedidos sino que los que ahora hace los hace exigiendo descuentos. La pequeña empresa ha entrado en pérdidas. Sin embargo, no quiere despedir a sus trabajadores. Estudia alternativas, la más probable, reducir la masa salarial y también propone reducir la aportación a la Seguridad Social, disminuyendo las horas cotizadas.

            Esa es la realidad de muchas empresas y de sus trabajadores. Cuesta entender la ceguera de quienes a piñón fijo estos días siguen proclamando los grandes principios de antaño, como si nada hubiese pasado y los trabajadores de esas empresas hayan de seguir cobrando lo mismo aún cuando no haya dinero con que pagarlos. A estos especialistas en afirmar firmes frincifios –el que comento lo llama argumentario, es decir, “seguir machacando el clavo de la misma idea, como entes robóticos sin opinión propia”; es así como define su propia manera de proceder- no les cuesta nada hacerlo, pueden seguir jugando al juego de los guiños y de las palmadas solidarias porque su puesto no peligra. Veamos su argumentario
… ("¿qué prefiere usted,  continuar sin ingreso alguno o una oferta en estas condiciones, ciertamente mucho peores que las de antaño, pero que siempre serán mejor que nada?", es la cantinela que no deja de repetirse de manera más o menos explícita)…
… la nueva reforma laboral hubiera obtenido respuestas favorables exclusivamente entre sectores empresariales… el feroz recorte de derechos al que los trabajadores están siendo sometidos …  el objetivo de la siguiente ofensiva de las organizaciones empresariales: el derecho de huelga… en el supuesto de que, en efecto, dichas organizaciones … les había bastado con enfrentar a los trabajadores en activo con los desempleados… la actitud genuflexa de los Gobiernos autonómicos de derechas ante un magnate de los casinos norteamericano… el coqueteo de la izquierda más moderada con las llamadas clases medias… ese desplazamiento haya tenido mayores costos de los que sus promotores previeron…la de no ser, en realidad, otra cosa que una derecha blanda… si con el PSOE los trabajadores se sintieron traicionados, burdamente engañados, con el PP se están sintiendo despreciados, considerados directamente como unos inexistentes…  estos presuntos inexistentes no se van a conformar con la sobrevenida condición… 
… las clases populares han perdido capacidad de intimidación... la izquierda no les ha ayudado a defenderla... las élites económicas no ven necesidad alguna de hacer concesiones… ven la gran oportunidad de revertir las conquistas sociales y de reconstruir un capitalismo más barato, por tanto, más depredador… violencia simbólica que desde los poderes político, económico y mediático se está ejerciendo sobre la ciudadanía con un discurso atemorizador…la fragmentación de las clases populares es enorme…
 Por supuesto, hay otro modo de razonar, dejando el robot en el laboratorio: 
…el precio de los rescates en EE UU supera a la suma de lo que costaron la compra de Luisana, el Plan Marshall, la crisis de las cajas de ahorro de los 80, las guerras de Corea y Vietnam, la invasión de Irak, el New Deal y el presupuesto entero de la NASA incluidos los viajes a la Luna… hemos visto violados acuerdos fundamentales a pesar de cumplir con nuestra parte: empresas y hogares solventes que, sin haberse enredado en apuestas arriesgadas, han encontrado cerradas sus fuentes de financiación; trabajadores a los que se les modifican las condiciones laborales (indemnizaciones por despido, calendario laboral, cotizaciones sociales de los empresarios) pactadas en complicadas negociaciones y, en muchos casos, convertidas en derechos; votantes que ven como se desmantela un Estado del bienestar que los partidos se comprometieron a sostener; empleados públicos a quienes se reprocha su estabilidad laboral, algo que estaba en el acuerdo inicial que establecieron cuando optaron a sus puestos… tampoco se ha cumplido el principio de que "quien la hace, la paga". Ni los bancos cargaban con el riesgo de las hipotecas ni los intermediarios financieros tenían que degustar el veneno de las titulaciones… altos ejecutivos del sector financiero… pudieron fijar sus propios salarios, sin que importase "su productividad". Sus enormes ingresos derivaban de su poder negociador… aunque el relato conservador no se sostenga, la izquierda no levanta cabeza… Hacen falta propuestas. Un terreno yermo, si miramos el panorama más cercano… la defensa de un Estado garante del contrato social y de la protección bienestarista de Philippe Aghion, en Repensar l’État, o las iniciativas fiscales basadas en los principios de equidad, progresividad real y democracia de Thomas Piketty en Pour une révolution fiscale…  dudas acerca de la eficacia de la reforma laboral… tendrá consecuencias en la redistribución de la renta…

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