Caminando hacia el San Lorenzo

                    Muchos kms hasta Ezcaray, luego 17 más hasta las pistas, carretera arriba, esquiadores, no en exceso, sorprendentemente, por el buen tiempo y la buena calidad de la nieve sobre las pistas. Valdezcaray, un valle cerrado, las pistas descendiendo desde la bocina de un cono casi perfecto, inmejorables. Comienza la caminata de los excursionistas entre nieblas que se van despejando por una pista nevada. Toda la larga excursión se hace sobre la nieve, a ratos dura, a ratos tan blanda que se hunde la pierna entera. El grupo se divide en dos, quienes portan crampones y piolets pueden subir hasta el pico de San Lorenzo, los que van a huevo lo rodean por sus laderas.

                  Es un día agradable, no excesivamente caluroso, el sol se turna con las nieblas, a veces, en lo más alto con ráfagas de viento. Cuando llega la hora del bocata, allí donde el sur se encuentra con el este, las ráfagas son poderosas, es difícil encontrar un sitio sin nieve, nos sentamos sobre ella como podemos, bajo un mínimo resguardo de un ribazo sobre el que crecen unos arbustos. Las vistas sobre la sierra de la Demanda espléndidas, todo nieve en la distancia. Los dos grupos se vuelven a encontrar y sigue la caminata sobre la nieve, bajamos por las pistas de la estación de ski, ya sin esquiadores, con las máquinas peinándolas, caemos y nos deslizamos por ellas. Desde abajo, el San Lorenzo, limpio de nubes, muestra su lomo limpio, blanco, perfecto.