lunes, 8 de agosto de 2011

Madeira 5. Las levadas


Las levadas son una peculiaridad de Madeira. Son canalizaciones para llevar el agua desde la montaña a las poblaciones o las terrazas de cultivo. Construidas en el siglo XV con mano de obra esclava, junto a la levada, por terrenos muy escarpados, se construía un sendero de paso. Ahora es lujo para el turista poder recorrerlas y adentrarse en un paisaje de grandes paredones y acantilados volcánicos de donde brotan chorros de agua en forma de fuentes o cascadas recogidos por las levadas.


La más transitada son la levada del Risco y la de las 25 Fontes. Se camina en medio del bosque de laurisilva, entre la humedad cálida y el gorgoteo de la caída del agua. 


La primera levada acaba en una gran cascada que rompe en una poza; la segunda, más larga y espectacular, también acaba en una pared de la que brotan las 25 surgencias que dan nombre a la levada.


Sâo Vicente es una localidad situada en el centro del lado costero norte, bajo dos farallones imponentes. El centro de vulcanismo explica el origen de la isla y sus formaciones, de 20 millones de años, con actividad volcánica hace 1,7 millones. Es una localidad parecida a cualquiera otra turística en cuanto a los servicios, pero la distingue el viento húmedo, la lluvia –más de 2000 l/m2-, envueltas en nieblas ragalimantes, lo que disuade a los turistas que prefieren el lado sur, Funchal y las otras localidades playeras . Al final del paseo marítimo de Sâo Vicente, con terraza sobre el océano, venden unas hamburguesas riquísimas y muy baratas.

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