domingo, 14 de agosto de 2011

Empuja la rueda del tiempo y deja de lamentarte


"Porque puede parecer que esta devastación se debe a algo llamado cobardemente "economía" o incluso con mayor afectación "mercados". Nadie sabrá decirnos quiénes son ni dónde están los mercados. Juran que hay unas gentes (algunos diarios las dibujan como tipos gordos con puro y gafas de sol) cuya riqueza aumenta gracias a nuestra ruina, como si no aumentara también con nuestra ganancia. Nadie sabe su nombre, ni dónde viven, ni para qué amontonan sus caudales. Se parecen sospechosamente a Satán. No es posible creer ni una sola palabra de quienes invocan "mercados" y "capitales"; son saduceos que de tanto admirar a los poderosos los toman por amos del Destino.
Afirmar que son "los mercados" o "el capitalismo" o "los poderosos" quienes producen el viento infernal que agosta campos, sembrados, viñas, higueras y ahorros es usar con mucha molicie un cerebro enclenque. Y sobre todo es una petulancia propia de aquellos que quieren creerse inocentes y así se proclaman. ¡No he sido yo!, protestan. ¡Han sido los mercados!
Ahora veremos de nuevo a los profetas salir de debajo de las piedras como escorpiones armados con un palo, escupiendo el veneno que mejor se vende entre los pobres, el odio. También volverán los frailes entusiasmados por el clima de desesperación y nihilismo blandiendo un crucifijo navajero; veremos a las turbas de creyentes que se reúnen en plazas y foros para celebrar juntos su inutilidad y arrojar el resentimiento contra los policías, sus hermanos".

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