viernes, 8 de abril de 2011

Mundos extinguidos


En torno a 1910 una serie de fotógrafos decidieron documentar un mundo que se extinguía, así como los momentos efímeros de un mundo que rodaba a velocidad vertiginosa, .


Eugène Atget, camarero y actor de provincias, recorrió las calles de París para preservar lo que veía, con la única intención de crear una colección de fotografías para sí mismo. Más de 4000 imágenes. Murió en la miseria. Las personas o no aparecen o son presencias fantasmales en sus fotografías.


August Sander, por el contrario, buscó a sus compatriotas, alemanes, en sus lugares de trabajo. Hijo de un carpintero, comenzó trabajando en una mina.


En cambio, Serguéi Mijáilovich Prokudin-Gorskii tenía una formación de químico. Con una cámara diseñada por el mismo fotografió monumentos y habitantes del imperio del zar Nicolás II, con la intención de documentar, con fotografías en colores, la enorme diversidad del Imperio ruso.


El zar puso a su disposición un vagón de tren equipado con un cámara oscura y los insumos necesarios. Con él, Prokudin-Gorskii, entre 1909 y 1915, recorrió el imperio y lo documentó con imágenes. Sus fotos se mostraban en las escuelas


En 1897, Benjamin Stone fundó la National Photographic Record Association. Hijo de un fabricante de vidrio, rico por ello, llegó a ser alcalde y luego fotógrafo aficionado con 26.000 fotografías en su haber, algunas de ellas publicadas en libros, como Unas vacaciones de verano en España (1873).


Estos fotógrafos contribuyeron a presevar un mundo que se iba y a crear asociaciones para conservar el patrimonio de sus respectivos países.

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