miércoles, 27 de abril de 2011

La tarde que paralizó España


Silenciosa y tensa, tersa está la tarde, como un pecho de la Pataki escapado del corsé. ¿Qué sucede? ¿Estamos a punto de ser invadidos por Marruecos? ¿Conspira el ejército para hacer caer a Rubalcaba? ¿Quién ha convocado esta apagada huelga general? ¿Dónde están las pancartas y los eslóganes; dónde los pendones rojos? ¿Se ha decidido repetir el sábado santo suspendido la semana pasada por las intensas lluvias? ¿Acaso son los inmigrantes de la construcción quienes amenazan con salir de sus refugios en pareados y unifamiliares abandonados? Quizá sean los mileuristas que ya no pueden más, agobiados por las hipotecas, los que preparan la revolución. ¿Se reunen sus comités en los bares, de donde sale un extraño rumor? ¿A quién han dado aviso? ¿A qué hora van invadir las calles? Nadie camina, sólo el aire cálido barre el asfalto. Los semáforos pasan del rojo al verde sin que nadie les preste atención. ¿Qué está pasando?

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