lunes, 11 de marzo de 2024

El pino

 


Tengo delante de mi terraza un pino esbelto cuya altura han ido elevando las sucesivas podas hasta dejar un tronco alargado y rectilíneo. En los días de viento como hoy parece despertar malhumorado de una pesadilla. Agita sus ramas amenazadoras como si fuese a desplomarse. Ya ocurrió una vez con su gemelo tan alto como él, una ventolera lo tiró sobre los coches aparcados y hubo que llamar a un serrador para que lo redujese a trozos. No sé por qué cayó aquel y este no. Yo estaba delante y lo vi caer. El estrépito de la naturaleza que no avisa. Mientras tanto, lo miro como a un hermano acompañarme cada día desde que hice esta casa mía. Aunque me tapa la vista del castillo, lo prefiero ahí delante como el gigante que se mantiene inestable sobre un pie, como metáfora: aguanta un poco más.



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