lunes, 23 de octubre de 2023

Mundo ilusorio

 Lo que media entre la realidad y su imagen en nuestra mente constituye un tercer lenguaje. (Parafraseando a Anne Carson).

¿Tenemos una versión propia del mundo o componemos una especie de patchwork con los retales de lo que hemos ido cogiendo de aquí y de allá?


Nuestra mente inquieta se mueve sin cesar teorizando para que la realidad encaje con nuestro deseo, rellena huecos o añade cosas que no ve. Cuando abrimos los ojos y miramos no es una fotografía exacta lo que vemos sino un eco de nuestra presunción, con mínimas variaciones sobre una percepción anterior. Si alguien nos contradice y señala que lo que vemos no está, le advertimos de su error o quizá recompongamos nuestra teoría para que encaje mejor. 


Por qué la amada no nos atiende. Qué le hemos hecho, qué falsa imagen tiene de nosotros. Por qué no aprecia lo que somos. Por qué la ciudad está fría si hemos salído de casa en pantalón corto y en mangas de camisa. Nos duele que vea en nosotros lo que no somos, que nos confunda con otro, al igual que nosotros le atribuimos cualidades y defectos que no tiene.


No tenemos un mapa exacto del mundo sino una teoría sobre él, no necesariamente veraz, que se va adaptando con dificultad. Negamos que lo que no nos gusta de lo que vemos sea real. A quien nos dice que las cosas son como son le llamamos mentiroso. Si el mundo no nos gusta nos encerramos en el caparazón que hemos ido construyendo sin darnos cuenta. Nos volvemos sordos y ciegos hacia el mundo interior, la teoría sobre el mundo que la mente ha ido forjando, que salva contradicciones y nos permite vivir sin desgarro y sin dolor.


Cuando sucede un hecho extraordinario que pone patas arriba nuestra teoría del mundo lo negamos, incluso afirmamos que ha sucedido lo contrario de lo que dicen o vemos o lo deformamos de tal modo que la imagen que guardamos del acontecimiento se parece muy poco a la realidad. Así vamos tirando como máquinas programadas, incapaces de actuar con autonomía.


No hay comentarios: