Yolanda Díaz presenta el nuevo libro sobre el cura Paco: “Al leerlo, me veía a mí misma”.
Nada muestra mejor la continuidad eclesial entre las antiguas Iglesias y las modernas que la erótica relación (de 'emocionante' encuentro calificó la ministra su primera visita) entre nuestra Yoli y el cura Paco. Podría pensarse que son encuentros instrumentales en beneficio de ambos, para ampliar la grey de una y otro, un transvase entre congregaciones. Es posible que en algún caso el objeto de la fe no sea el mismo, pero sí lo es la forma de la organización eclesial y el modo de estructurarse en dogmas.
Sabedores, al menos en el caso del cura Paco, desde hace mucho tiempo, que las religiones se inventan y para qué se inventan, conocedores ambos de que la debilidad humana necesita redes de seguridad basadas en el benéfico engaño, se ofrecen mutuo fortalecimiento ante la corrosión de sus respectivas Iglesias y dogmas.
Sin embargo, el cura Paco y la Yoli están simulando tan bien, educados cómo están en su dogmática de que solo las ficciones de los demás son ficciones, que, ante la estratégica necesidad de apoyo mutuo, parecen estar llegando al punto de afirmar solemnemente que hay una única y verdadera fe, que las iglesias de uno y la otra son la misma Iglesia. Un matrimonio melancólico, el de la Yoli y el cura Paco, pues los buenos tiempos del pasado no volverán.
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