lunes, 21 de noviembre de 2022

As bestas

 


Por fin una buena película española. No es redonda pero casi. Imagina un pueblo chiquito, una aldea más bien, en medio del paisaje montuoso de Galicia. Ha llegado una pareja de franceses, de mediana edad, con un proyecto de vida, vivir de la tierra. En la aldea quedan pocos vecinos, la mayoría ha huido a las ciudades a buscarse la vida. Para los que quedan era una buena opción la oferta de una empresa de aerogeneradores, pero la pareja de franceses, junto a algunos otros, se opusieron. Ese es el contexto en el que aparece el drama de la película: dos vecinos hermanos muestran un odio tenaz hacia los franceses por su oposición a la oferta. La película gradúa esa pasión insana hasta el estallido y sus consecuencias.


La bondad de la película tiene varios padres. Los actores, entre los que destaca Luis Zahera, que me ha recordado al Ian McShane de Deadwood (una de las mejores series si no se ha visto); el paisaje, que siendo casi siempre un lugar abierto entre montañas el director consigue convertirlo en un lugar cerrado, más claustrofóbico que aerofóbico; y, claro, el guion de Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña, tan medido que consigue actualizar un tema ya tratado en el cine, la bruta violencia del mundo rural (Puerto Hurraco, Perros de paja o la más cercana, reciente y también gallega, Lo que arde), sin cargar las tintas, aportando los elementos justos para que la violencia sea más psicológica que física, más un drama interior que un exceso de testosterona, a lo que hay que añadir un peaje al presente para que el espectador se sienta concernido en el drama, en este caso el ecológico junto a la inmigración. Los inmigrantes son franceses y, aunque aún quedan restos de francofobia en el imaginario español, no sería lo mismo si fuesen marroquíes o sudaneses. Los guionistas presentan hábilmente las razones atendibles que subyacen al enfrentamiento en boca de los protagonistas: los franceses tienen un proyecto de vida ecológico, los aldeanos, que siempre han vivido en el pueblo, ven la oportunidad de mejorar sus condiciones de vida en la oferta de la empresa eólica.


La gran virtud de la película es hacer verosímil el enfrentamiento por la combinación de varios elementos conflictivos que el espectador entiende y en los que se puede ver implicado sin hacer protagonista a ninguno de ellos, como sucede en las obras que llamamos clásicas, donde el asunto principal es el carácter y el destino de las personas, el manejo de los sentimientos y la voluntad y lo demás contexto y paisaje. Así, resulta una película bien hecha, entretenida, absorbente por momentos, sin que tengamos que reprocharle, como sucede en la mayor parte de películas españolas, que quiera llevarnos al huerto de los prejuicios ideológicos.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Comparto contigo que es una película española muy buena. Transmite a la perfección el ambiente claustrofovico de las aldeas ( en concreto de Galicia que yo conozco muy bien y que he vivido en propia piel) . Una buena película