Sin que te des cuenta, aquello que martilleaba en tu cabeza ha dejado de hacerlo. Pon, un fin de semana largo por la sierra segoviana. Todo lo sentido pensado vivido sufrido escrito en las últimas semanas, su intensidad, disminuye hasta desaparecer del todo. Hasta pocos días antes, parecía que te fuese la vida en ello. No era más que un episodio: breve y olvidable. Uno de tantos. Una vida no es más que una colección de episodios. Todo en nosotros es breve y caduco. Somos un agregado de sustancias, una organización temporal en inestable equilibrio. Qué ilusa nuestra creencia en ser una entidad permanente, tan ilusa como para proyectarla más allá de nuestra desorganización definitiva (lo que nos asusta y llamamos muerte), más allá de cualquier consistencia. Todo vano, nuestro empeño en permanecer y cobrar sentido. Ilusos arquitectos de la permanencia, ilusos filósofos del sentido. Así como las hormigas acarrean hojas hacia el interior del hormiguero, así nuestros pensamientos y actos en su dinámica. Para una hormiga la vida es ir y venir, entrar y salir del hormiguero. Para nosotros imputar sentido a lo que hacemos. La conciencia no es una diferencia abisal, el distintivo de la divinidad, sino una simple propiedad de la vida, una habilidad que emergió en algún momento para la supervivencia de la especie. Memorable bello reseñable necesario imprescindible valioso: adjetivos producto de nuestro ilusionismo que añade importancia a lo que no la tiene. Nosotros, observadores de hormigas y hormigueros, no tenemos un observador que relativice lo que hacemos. Nosotros, hormigas del gran hormiguero. Hemos convertido la superstición del sentido en el centro de nuestras vidas: likes y corazoncitos de las redes.
Dicho de otra forma, no somos entes que en el curso de la evolución hayamos adquirido una autonomía que nos hace únicos y especiales, separados de la naturaleza, de la que podemos sustraernos y a la que podemos modificar, más bien somos su producto: no hay nada en nosotros que no sea natural. No somos sujetos trascendentes. Nuestro origen y nuestro fin, y la experiencia humana en general, son fenómenos naturales repetibles, sujetos a una variedad infinita. No hay, no somos, observadores separados de las cosas, somos observadores y cosas al mismo tiempo. El mundo no está constituido por una sustancia que tiene atributos. Todo lo que existe existe en relación a lo demás. Soy parte de la dinámica natural.
6 comentarios:
Si como dice el artículo hay "la superstición del sentido" y el sentido no tiene realidad , por qué está tan presente , por qué es el centro de las vidas humanas , de donde proviene , como algo irreal puede ser tan real y bajo qué paradigma se expulsa a la irrealidad a algo tan intenso ,presente , experimentado a una vivencia reconocible por todos como es el sentido ? El telos, la finalidad, el karma, la causa final, la predestinación, la ley natural, diferentes nombres del sentido , pero también en la vida cotidiana "el trascendental partido de fútbol ", el flechazo, los escalofríos que algunos sienten al escuchar un himno, la diferencia entre el animal y el hombre es que el primero se reconoce en el ser inmanente como único ser, y el hombre mediante la razón encuentra la diferencia ontológica entre el ser como tal , el trascendens, y el ente , lo que existe. La brújula del ser humano es ese trascendens que aunque reconoce a todo ser como presencia del único ser es precisamente su conciencia de trascendencia lo que hace que se concentre en un punto concreto en esta causa y no en esta otra , porque su conciencia trascendente en la que le llama el ser único le hace relativizar la realidad de las cosas y absolutizar la realidad de su intención conciencia sentido ,la verdad es un término medio , las cosas son el ser y el ser no son las cosas , las.dos cosas son ciertas
Eres Sol o mar; la Montaña de Qaf o Ave Fénix.
¡Oh Ser, que está más allá de la comprensión de las mentes!
Tú eres el Eterno e Ilimitado.
Sin embargo, como Tú te apareces en innumerables formas, aquellos que se unen o se asemejan a Ti quedan embelesados
— Rumi
Este poema de rumi resume lo que quería expresar , el poema habla del sentido de la trascendencia el ser unico diferente de las cosas y al mismo tiempo habla de las cosas , el que sabe queda perplejo cuando ve que ambas realidades opuestas son una única realidad y que tanto el que niega la realidad del sentido o ser único como el que niega la realidad de las cosas tienen una mirada parcial relativa, de hormiga, y no la mirada del ser completo a un lado y otro, trascendencia e inmanencia
La realidad es una convención asentada. Tan aceptada que se manifiesta en el lenguaje común. Somos criaturas frágiles, necesitamos la consistencia: pensar que el mundo es palpable y perdurable, que somos algo más que un accidente de la naturaleza, que hay un fundamento último, pero ¿por qué habría de tener sentido la pregunta sobre el sentido?
Si no hay sentido, la propia vida carece de propósito: simplemente sucede. Por qué habríamos de ser diferentes de la hormiga, de la flor, de la mariposa: como ellas vivimos un instante y ya está, configuraciones temporales como el dragón que se forma un instante en una nube.
Más que con la bella poesía de Rumi, estoy con el budismo de Nāgārjuna: la realidad, incluidos nosotros mismos, no es más que un velo fino y frágil -el velo de Maya-, tras el cual... no hay nada.
Si el sentido no tiene sentido que sentido tiene la pregunta por el sentido porque eso está ahí y es una realidad tan realisima como todo lo empírico , no es tan importante concentrarse en el acierto o no de la pregunta el enfoque es erróneo enfocar que es una pregunta vacía porque se enfoca desde el lado de la objetividad de la pregunta , pero si en lugar de enfocarlo desde lo que queda fuera de la pregunta de enfoca desde la pregunta misma su realidad es incuestionable, la pregunta por el sentido puede prescindir de la espera por su verificación porque ella ya es real en si misma tan real como cualquier realidad, ese preguntar autoconsciente es el gnosis te auton de los griegos , el atman De los hindúes o la niyya (intención) en el Islam , la intención es autosuficiente el pensamiento de la objetividad ha subestimado a la intención , es real y eso basta en la pregunta está la respuesta
Se podría decir de algún modo que hay la realidad como objetividad y que hay la realidad como intención y para los espirituales esta es superior a la primera y autosuficiente
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