viernes, 10 de junio de 2022

El tiempo profundo

 



Lo que distingue a una mente progresista de una reaccionaria es poner nuestros desvelos en el futuro en vez de seguir encadenados al pasado. El pasado está a nuestra disposición para hacer con él lo que queramos, pero por más que lo intentemos no cambiaremos un ápice de las vidas de los hombres que murieron. Si nos empeñamos en ordenar el relato de lo que ocurrió es para legitimar lo que en el presente estamos haciendo. No es menos tentador dibujar en la página en blanco del futuro. En realidad no hay tal. Ya hemos trazado caminos, construido edificios, pergeñado ciudades y puertos, superficies de cultivo con las que se las han de haber nuestros nietos y los suyos. El futuro no está por hacer sino que lo estamos haciendo. De ahí que una mente moral mire hacia delante con gran responsabilidad. ¿Lo hacemos?



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