lunes, 21 de marzo de 2022

Paradojas

 

 Cavan una fosa este domingo para enterrar a los muertos

El "Iros a la mierda" de los soldados ucranianos que defendían la Isla de las Serpientes ante los rusos, antes de morir, no ocurrió realmente. Fue una invención para levantar la moral de los ucranianos. Esos soldados están vivos. ¿Está bien contar mentiras -desinformación- en tiempos de guerra en aras de la victoria? ¿Ante un campo de batalla tan desproporcionado en términos de fuerza, con clara conciencia de quién es el agresor y quién el agredido, no debe utilizar éste todas las armas a su alcance? La guerra de la información parece haberla ganado Ucrania frente a la guerra militar que puede perder. ¿Deben quedar la guerra psicológica y la guerra de la información al margen de la potencia destructora de las armas? ¿Cómo levantaría si no el presidente Zelensky el ánimo de sus compatriotas? ¿Acaso Putin no tiene su propia mitología, más agresiva, más mortífera?




Los miles de muertos de Mariupol, la ciudad entera, se sacrifican por Odesa y por Kiev; Ucrania es destruida para que Polonia, Moldavia y los países bálticos no sean invadidos. Europa del Este tiene una vida peor para que la vida en el Oeste sea más libre. Los rusos bajan un escalón, desde la clase media a la masa empobrecida, el poder económico y militar ruso se deprecia a gran velocidad: sus supuestos aliados chinos están felices porque heredarán su poderío.


¿Es preferible la rendición, que la guerra acabe ya, para salvar miles de vidas, a cambio de perder la soberanía y que Ucrania troceada se convierta en una colonia de la autocracia rusa? ¿Se justifican los miles de muertos por la posible vida libre de los ucranianos que queden vivos?


Europa pone armas y financiación pero no pone vidas. Animamos a que los ucranianos resistan, y mueran si es necesario, porque de ese modo se desgasta el poder del autócrata y se quedará sin fuerzas para invadir otros países. ¿Qué filósofo moral encontrará el argumento justo para salvar el salto mortal que va de la vida suprimida del ucraniano a la continuidad de la vida confortable del europeo?


Los politólogos del realismo político como Mearsheimer recusan la ceguera de Occidente que no supo ver venir la tragedia. No se respetó el área de influencia de Rusia, dicen. No se acepta que el mundo es multipolar, que hay que vivir con autocracias y pactar con ellas, dicen. Occidente no puede extender las ideas de la Ilustración al mundo entero, dicen. Entonces, ¿el ejercicio de la libertad y la aspiración a la igualdad dependen de en qué lugar del mundo hayas nacido? ¿Ante los sistemas políticos corruptos, el ultraje de los oprimidos y la persecución de la disidencia no cabe sino el fatalismo? Los politólogos realistas aplican a la geopolítica el orden social anterior a la ilustración: las áreas de influencia bajo un estado poderoso se parecen a las castas y clases sociales que en el interior de los países salvaguardaban el orden. ¿Ese es el mundo que queremos?


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