No se pueden entender las modernas enfermedades víricas sin la disrupción que los seres humanos ocasionan en el curso de la vida por su continua expansión por el planeta. De ese conocimiento dependen en buena parte las acciones a tomar para la salud pública. Algunas equivocadas, tal el ejemplo de la caza masiva de ciervos en el nordeste de Estados Unidos porque se creyó que ésta era la especie huésped definitiva de la garrapata que había provocado la emergencia de la enfermedad de Lyme desde 1975 en el nordeste de EE UU. La garrapata (del género Ixodes) porta una bacteria (la Borrelia burgdorferi), del tipo espiroqueta, que ocasiona la enfermedad de Lyme, por Lyme, Connecticut. "Cualquier enfermedad infecciosa es, en sí misma, un sistema ecológico", escribió Ostfeld. El ciclo vital completo de las garrapatas dura dos años en tres fases con tres huéspedes vertebrados diferentes. Las garrapatas no vuelan ni son acróbatas como las pulgas, así que se encaraman a lo más alto de una hoja o al extremo de una flor y esperan. En la fase larvaria sus huéspedes son las musarañas y los ratones. Un tipo de musarañas y un tipo de ratones. De adultas se hospedan en ciervos (en esa zona de EE UU y Canadá) donde no solo se aprovisionan de sangre sino que encuentran el lugar para aparearse. El macho encuentra a una hembra inmóvil bebiendo y se la trinca. Luego se sueltan de la piel del ciervo. La temporada de procreación de las garrapatas dura cuatro semanas. Un único ejemplar de ciervo puede suministrar sangre para la producción de dos millones de huevos, si la mitad eclosiona son un millón de larvas de un solo ciervo. Una hembra de ciervo puede llevar encima un millar de garrapatas. No se necesitan pues muchos ciervos para mantener la población de garrapatas. Por tanto lo importante no es la cantidad de ciervos. En cambio si que son importantes las musarañas y los ratones. Pero las garrapatas no llevan la enfermedad en sí, no la heredan, sino que se infectan al beber sangre de mamíferos infectados y transmiten la espiroqueta al volver a beber en mamíferos no infectados. También depende de la respuesta inmunitaria del animal reservorio. Los ciervos, como los humanos, son huéspedes terminales, la espiroqueta se queda ahí, no se transmite a partir de nosotros a otros animales. La enfermedad no pasa de un ciervo infectado a otro sano o de un hombre a otro hombre.
La enfermedad de Lyme es un claro ejemplo de fenómeno ecológico no únicamente un problema médico. En los otoños con mucha producción de bellotas en los bosques se acrecienta la reproducción de roedores a los que les gustan las bellotas. Si hay una gran producción de bellotas, al cabo de dos años se produce un incremento en la producción de ratones. Una pareja de ratones en un buen año de bellotas pueden aumentar el censo entre 50 y 65 ratones por año. Más bellotas, más ratones, más garrapatas infectadas, más enfermedad de Lyme. Cómo regular la plaga. No con fumigación, ni con pesticidas, ni con erradicación de ciervos, ni con trampas para ratones sino con una buena población sana de búhos, zorros, halcones, comadrejas y ardillas y demás componentes de una comunidad diversa biológicamente, ya sean depredadores o competidores por el espacio entre especies. Pero, claro. la expansión de las urbanizaciones y el encogimiento del bosque obra en contra. Eso es lo que cuenta David Qammen en el capítulo que dedica a la enfermedad de Lyme.
En España la incidencia de la Lyme es baja, aunque emergente, salvo en alguna zona de Lugo. La picadura, indolora, en primavera o verano, puede pasar inadvertida, y los síntomas pueden aparecer tardíamente. No hay que arrancarse la garrapata, ni echar gasolina ni aceite, como se suele decir, ni, por supuesto, aplastarla con la mano porque ayuda al trasvase de bacterias. Hay que usar una pinza para extraerla, tirando suavemente y llevarla luego al laboratorio para saber si estamos infectados con la Borrelia burgdorferi.

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