El
Vajsh o río rojo (Surkhob en el norte de Tayikistán, Kyzyl-Suu en
Kirguistán) recibe su caudal de dos grandes glaciares de Tayikistán,
el Fedchenko y Abramov, el primero el más largo fuera de las
regiones polares, antes de desembocar en el Panj. El Panj reúne las
aguas del Pamir y del río Wakhan. Siguiendo la estrecha orilla de
ambos ríos, el Pamir y el Panj, he tenido, durante cinco días, una
de la experiencias más intensas y polvorientas del viaje por Centro
Asia, con la mirada incansable puesta en el árido y montuoso
Afganistán, que el curso de los ríos separa de Tayikistán y que
fue escenario de las operaciones soviéticas en el conflicto con
Afganistán. Cuando el Vajsh y el Panj se juntan fluyen con el nombre
de Amu Daria hacia un destino que ya casi no existe, el Mar de Aral.
El
río Amu Daria, Oxus para los clásicos, recorre 2.400 kms. Se habla
del Nilo, del Tigris y el Eufrates y del Amarillo como fuentes de la
civilización, pero el Amu Daria no ha sido menos importante. El río
dio vida a una civilización que algún día los arqueólogos harán
emerger del polvo en que se halla sumida, la de Corasmia o Jorasmia o
Khwarezm. El río ha cambiado varias veces de curso por terremotos o
por la acción humana. Gengis Khan lo desvió para inundar
Konye-Urgench, la ciudad que fue su capital, en el actual
Turkmenistán. Seguir su curso desde la alta meseta del Pamir hasta
el Aral o el Caspio, pues a los dos llegaba por distintos ramales,
daría para un entretenido viaje por la parte sur de la Ruta de la
Seda. El Panj primero y luego el Amu Daria delinean las fronteras
entre Tayikistán y Afganistán, después entre Afganistán y
Uzbekistán durante 200 kms y entre Afganistán y Turkmenistán otros
100 km más, antes de dirigirse hacia el norte para separar a
Turkmenistán de Uzbekistán, perdiéndose al fin en el desierto.
Tras el megalómano proyecto soviético desde finales de la década
de los 50 de convertir las llanuras desérticas en plantaciones de
algodón, el río desviado en muchos canales de irrigación se
deshace en la nada. Lo mismo que le sucede a su hermano gemelo el Sir
Daria (2212 km), el clásico Yaxartes, por el norte de esta rica
región en acontecimientos históricos. No todo el agua de los ríos
llegaba a su destino antes del desastre ecológico, buena parte se
evaporaba por el intenso calor del desierto, pero los glaciares del
Pamir proporcionaban tanta como para que se conozcan épocas en las
que el Mar de Aral se desbordaba.
Entre
ambos ríos discurrió una civilización casi desconocida, un cruce
de pueblos, lenguas, religiones y culturas, con una historia que se
remonta al menos hasta el 3.000 ac. El corasmia o khwarezmian,
emparentado con el sogdiano, era el idioma de la región y se habló
hasta las invasiones túrquicas. Sin una cultura tan ancha y honda
como larga no se explicaría la aparición de algunas de las mentes
más brillantes de la historia: Al-Khorezmi, Al-Birumi o Avicena.
Las grandes bibliotecas de Jiva y Bujará que guardaban los tesoros
de esa civilización fueron destruidas por Gengis Khan. Una entera
civilización perdida.
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