Cuando
lleguemos a la patria
y
pongamos el pie sobre baldosas deslizantes
habremos
perdido el mundo que estaba a nuestro alcance
la
luz del seco otoño nos deslumbra por igual
hay
una semejanza en la forma en que la filtramos
incluso
en los ruidos y los aromas
hablamos
una historia común
no
paramos hasta que las imágenes almacenadas
sean
rastros del pensamiento
es
una maravilla decimos
es
una maravilla decimos antes de que se apaguen
yo
soy el hombre del caftán decimos
es
un mundo decimos
antes
de cerrar lo ojos
y
volver a las sombras del pensamiento
en
algún rincón están los vivos colores
de
los pañuelo de seda
de
las alfombras de algodón
hubo
un estallido de luz
fuimos
conscientes
durante
un instante nos quedamos desnudos
ahora
es un espejismo y aceptamos la condena
envejecemos
juntos
aliviados
por la ilusoria hermandad
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