Coinciden, en la cartelera, la película alemana Phoenix y, en las redes, unos tuits
de un podemita encargado de cultura en el nuevo ayuntamiento de Madrid. Ambos
de modo algo diferente se relacionan con la aproximación al mal que unos
humanos han hecho a otros.
En la
película una judía, tras la guerra, vuelve a Berlín en ruinas desde un campo de
exterminio. Tiene el rostro desfigurado tras un disparo a bocajarro, se
somete a una reconstrucción facial y se prepara para emigrar a Haifa. Pero se
entera de que puede volver a ver a su marido del que le separó la delación
que le llevó a la cercanía de la muerte. Una amiga le informa de que fue su
marido precisamente quien la traicionó y que ahora pretende cobrar su herencia porque la cree muerta. Ella no acaba de creérselo. Antiguo pianista, lo busca en los cabaret de la noche berlinesa y lo encuentra en el Phoenix del título. Él no
la reconoce pero sin embargo ve semejanzas, tantas que le propone
participar con él en el engaño de presentarse como su mujer que vuelve de un campo de concentración y exige su herencia. El director, Christian Petzold, y
sus intérpretes juegan de modo creíble con esas confusiones de
personalidad, avanzando en la trama entre el suspense del espectador, la
negativa del marido (Ronald Zehrfeld) a reconocer a su mujer ante las
crecientes semejanzas y los sobresaltos de la mujer (Nina Hoss) entre el amor y
la honestidad de su marido. El contexto en que se desarrolla la película es el
de la sociedad de posguerra alemana que no quiere enfrentase a la realidad del mal de la
que ha sido responsable y sus esfuerzos para olvidar y alejar la
culpabilidad. Después de tantos años, una película alemana, con frialdad
expositiva, les muestra a sus compatriotas aquella realidad a la que quisieron
vivir de espaldas. Ningún espectador puede quedar indiferente.
La verdad
es que después de ver la peli, los tuits rescatados de este Guillermo Zapata,
concejal de cultura del ayuntamiento de Carmena/Carmona solo pueden producir
repugnancia. Cuesta creer la insensibilidad de una parte de la extrema
izquierda hacia el exterminio de los judíos. O la atracción por la barbarie etarra (Este otro tuit: "Han tenido que cerrar el cementerio de Alcásser para
que Irene Villa no vaya a por repuestos"). ¿Qué tipo de moblaje ornamenta su
mente? Se disculpa, ¡se disculpa!, el individuo alegando que los escribió en un contexto sobre los límites del humor. ¿A quién se le ocurriría parir semejante horror como ejemplo de humor negro? ¿Y quién es capaz de reírle las gracias? ¿Quizá los madrileños que le votaron y que ven bien tener a un individuo así como como ordenador, gestor y subvencionador de la cultura? ¿Quizá la propia Carmena que demostrará que su defensa de la justicia es palabrería y su profesión demócrata mera burla si no le pide el acta de concejal?
PS. Ahora dice este Zapata que no descarta dimitir si es lo mejor 'para que esas personas dejen de sufrir'.
PS. Ahora dice este Zapata que no descarta dimitir si es lo mejor 'para que esas personas dejen de sufrir'.
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