¿Podemos hacer algo más que lamentarnos? Sí, podemos usar el zurriago para machacar
nuestras espaldas y hacer ver lo culpables que nos sentimos. Es lo que hace el
cura Paco, Rajoy y otras autoridades europeas, que añaden: “Hay que hacer
algo”, aunque no vayan más allá de crear una comisión. Desde luego la gente de
buena fe y quien no sustituye el frío pensamiento por el calórico
sentimentalismo trata de buscar respuestas a un asunto tan complejo como la
inmigración. Lo más urgente es plantear las preguntas adecuadas, pero ahora
mismo no estamos seguros de cuáles son las preguntas correctas. Tenemos unos
cuantos principios a los que no estamos dispuestos a renunciar, pero una visión
desapasionada nos muestra que pueden ser antagónicos: Igualdad de la especie humana,
libertad de movimiento, viabilidad del estado de bienestar, disponibilidad de
recursos, democracia, liberalismo y muchos más. ¿Seremos capaces de combinarlos
en una visión unificada? Pongámonos a ello. Si la sociedad fuera simple y la
política fácil no necesitaríamos votar a nuestros representantes, en las muchas instituciones
que hay en Europa, que además cobran por su trabajo con dinero y honores.
lunes, 20 de abril de 2015
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