Locke

            Termina la jornada de trabajo en alguna ciudad del norte de Inglaterra. Ivan Locke, encargado de la construcción de una gran obra vuelve a casa para ver el partido de fútbol con sus hijos, pero mientras conduce recibe una llamada. Es de noche. Una mujer con quien tuvo una relación de una noche le dice que está en un hospital de Londres a la espera de dar a luz al hijo de ambos, que no tiene a nadie que le acompañe en un momento tan importante. Locke no se lo piensa, llama a casa para avisar de que no le esperen y más tarde a un compañero de trabajo para avisarle de que al día siguiente no podrá estar presente en el decisivo momento de echar el hormigón en los cimientos del edificio. A partir de ese momento, todo serán llamadas, entrantes y salientes, con la mujer de Locke, con su jefe, con su compañero de trabajo, con la mujer embarazada, con sus hijos y algunas otras más, mientras el coche se encamina desde el norte a Londres. A ello se añaden pequeños monólogos de Locke, dirigiéndose a través del retrovisor interior a su padre con quien tiene cuentas pendientes. Mientras el coche rueda las cosas van acercándose a un callejón sin salida del que parece imposible que Locke pueda salir: la mujer de Londres le pide que al menos una vez le diga que la quiere, pero Locke le dice que no porque apenas se conocen; su mujer al enterarse de qué es lo que ha sucedido le exige que no vuelva a casa, los hijos le comentan cómo va el partido y le preguntan qué le pasa a mamá; en cuanto a la obra los problemas se acumulan, las cementeras no entregan el hormigón adecuado, los encofradores no han hecho bien su trabajo, sus jefes lo despiden.

            El escenario es el coche deslizándose por la autopista, rodeado de camiones con las luces difusas de la noche, con todo tipo de planos del actor Tom Hardy, embutido en el asiento de conductor, que sabe transmitir el estrés que está viviendo con un increíble autocontrol, y las voces solas del resto de los personajes. La duración de la peli se ajusta al tiempo real de lo que cuenta. Una proeza de guión, de montaje, de interpretación, de planificación. Un gran thriller.