domingo, 8 de septiembre de 2013

Ocho (The Place Beyond the Pines)

            

            1. Si fijásemos una escala de ciudades, unas pueden dominarse a pie, en pocos minutos se las puede abarcar, tal es el caso de Burgos, aunque se ha extendido y tiene su extrarradio, para otras necesitamos la bici, tal es el caso de Valladolid, lo suficientemente amplia como para que un paseo de minutos no baste, para otras, por fin, necesitamos el metro o incluso el tren, tal el caso de Barcelona. En ningún caso contemplo el coche, esa máquina desfasada del siglo XX, que en algún momento habrá de desaparecer –ya hay algunos síntomas- o transformarse. Cada uno de nosotros se adapta a un tipo de vehículo por encima de los otros y probablemente por eso elige una ciudad y no otra para vivir.

            2. Que el equipo olímpico de Madrid –no la ciudad ni el país- merecía perder lo demuestra la reacción a la derrota de su líder, la alcaldesa Botella, a la que no se le ocurre otra reacción que esta: “Es un horror”. Para la euforia, sobre todo sin causa, cualquiera sirve, para las dificultades muy pocos, no sirvió Zapatero, tampoco sirve Botella.

            3. ¿Demasiada ambición o un guión mal trabajado? Para empezar no me gusta el titulo que le han dado aquí a esta muy larga peli, Cruce de caminos, en lugar del poético The Place Beyond the Pines. La estructura en tres capítulos escalonados en el tiempo me parece poco funcional para una peli –sí lo sería en una novela o en una serie-, le resta unidad. Primera parte: un chico del arroyo, Ryan Gosling, que aprovecha sus habilidades de motorista para atracar bancos y poder redimirse ante su ex y un hijo recién nacido. Segunda: el hijo de un juez, Bradley Cooper, en labores de policía, que tras un tiroteo contra el chico del arroyo lo convierten en héroe y él lo aprovecha para escalar en la política. También tiene un hijo recién nacido. Tercera: el encuentro casual entre los hijos desnortados de ambos y la regla de la desigualdad de oportunidades por la que sabemos quién sale adelante y quién no. Esa estructura tripartita hace que en realidad veamos tres películas diferentes con una ligera conexión entre ellas. El director y guionista Derek Cianfrance opta por la narración, y creo que sólo en la primera de las tres partes acierta, por encima del desarrollo temático, aunque quiera hacer las dos cosas. Hay que reconocerle, sin embargo, la desmesurada ambición, lo que hace que esta peli salga de los parámetros convencionales.

            4. Hubo un momento en que el universo, al comienzo de su historia, se desbocó, movido por una energía descomunal, tanta que con el espacio arrastraba cuanto contenía. Se produjo una aceleración por encima incluso de la velocidad de la luz. En algunas regiones se enfrío y se desaceleró, dando lugar a colapsos, que de todos modos eran arrastrados por la expansión general, como las piedras enfriadas y solidificadas arrastradas por la lava caliente. Así surgió el universo, con sus galaxias, estrellas y planetas. Es posible que en otras regiones, se produjese el mismo fenómeno, dando lugar a la formación de otros universos. El todo, por tanto no sería un universo, sino un multiverso. Los distintos universos serían opacos o inobservables unos con respecto de otros.

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