Soberanía y referendum.
“Lo que distingue a la noción moderna de soberanía de esta
que acabamos de evocar, arcaica y preñada de arbitrariedad, es algo que muchos
tuvimos la satisfacción de escucharle decir en las Cortes a un brillante
parlamentario español que hoy atraviesa horas más bajas, con ocasión de la
discusión del plan Ibarretxe: que en el poder político moderno, el pueblo (con
todos sus “derechos naturales” a la autodeterminación) no precede a la Constitución , sino
que emana de ella, y no puede por tanto suspenderla a voluntad a través de
caudillos (que es como se dice en castellano Leader o Führer) más o menos
naturales. Todas las Constituciones democráticas de nuestros días incluyen
alguna legislación a propósito del “estado de excepción”, pero en ninguna de
ellas esta expresión designa la total abolición del derecho y el retorno al
estado de naturaleza, que es lo que significa en su acepción arcaica". (José Luis Pardo, filósofo)
Stéphane Dion (Ciudad de Quebec, 1955) se siente orgulloso
de sus “dos identidades”, la quebequesa y la canadiense. Parlamentario por el
Partido Liberal de Canadá —del que llegó a ser líder entre 2006 y 2008—, Dion
es francófono, como la inmensa mayoría de los habitantes de Quebec. Dice lo quesigue:
“Por
nuestra experiencia, la única vía por la que se puede llevar a cabo la secesión
es a través de la negociación y dentro de los marcos legales, no por
actuaciones unilaterales del Gobierno de la provincia secesionista.
En Canadá, para
negociar la secesión de una parte del Estado se requieren dos cosas: una amplia
mayoría que apoye la secesión y formular una pregunta clara. No puede ser una
pregunta confusa en la que se proponga una independencia pero manteniendo
relaciones con Canadá o cosas similares. Eso no es aceptable. La cuestión debe
ser muy clara: Estás dentro o estás fuera.
La manera
de formular una pregunta cambia completamente las respuestas. Cuando preguntas
por la “pena capital”, hay más gente que se declara a favor que si preguntas
sobre la “pena de muerte”.
En una
democracia se trata de ser solidario con todos tus conciudadanos. Aceptas a todos
sin atender a sus orígenes, su idioma o su religión. Y el secesionismo es lo
contrario. Con el secesionismo eliges a quiénes quieres mantener como
conciudadanos y a quiénes quieres convertir en extranjeros.
Si un
Gobierno provincial declara su independencia unilateralmente, fuera de los
marcos legales… ¿por qué tú, como ciudadano, ibas a aceptar las normas de ese
nuevo Gobierno declarado fuera de la ley? ¿Cómo iba ese nuevo Gobierno a tomar
control, por ejemplo, de la oficina de Correos que depende del poder central? Hay
miles de ejemplos…
Una
consulta de ese tipo es un trauma, divide a la sociedad y provoca efectos
contrarios a la democracia”.
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