He tenido suerte de salir muy
temprano. Cielo azul, despejado, aunque mañana fría, muy fría: -4º de sensación
térmica. Me costaba avanzar con la bici en dirección norte, dedos entumecidos,
nariz grifo, pies helados. Ruta de rutina: Fuensaldaña, Mucientes, Corcos. De
vuelta, el viento me ha llevado mientras el sol desaparecía y las nubes iban cubriendo
el cielo.
He leído los dos periódicos de
costumbre con un cabreo de fondo, como el que creo acomete a la mayoría de la
población. Las cosas empeoran sin esperanza de alivio. No hay nadie capaz de
galvanizar a la gente para que arrime el hombro y se empeñe en volver a
levantar el país. La impresión es que la depresión va para largo, si es que en
algún momento la mayoría de la gente sin empleo consigue ponerse a trabajar. Otro
dato para el cabreo: el afán del periódico con sus jueguecitos por ocultar o
manipular o sesgar la información en una dirección, salvando a un partido,
condenando a otro, como si eso le interesase a alguien, salvo a la franja fanatizada.
No aprenden.
Entre los cientos de páginas sólo
consigo rescatar esta cita de Octavio Paz, parece que concebida como epitafio para Ptolomeo:
“Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea”.
Bueno, también se podría rescatar
una entrevista pesimista con Lamo de Espinosa en El Mundo, y otra, antitaurina,
con Mosterín en la última página de El País. No hay más cera.
La ciudad a esta hora está
deshabitada. En el bar, sólo otro lector de periódicos como yo. En la calle,
almas solitarias, bien abrigadas. Solitaria la estación de trenes, solitario el
Campo Grande, solitaria la llamada Carpa del Milenio que acoge a la feria del
libro. Deambulo entre paradas y no hay nada, nada que me llame la atención. No
hay apenas editoriales, sólo de best sellers. En una de ellas, el autor sonríe
tras sus libros de tapa dura a un público inexistente. Supongo que habrá alguna
concordancia entre sonrisa y ventas. Tendrá la sonrisa puesta para mejores
horas. No he visto ni una editorial literaria. Muchas institucionales:
Ministerio de Defensa, Ayuntamiento, Junta, Arzobispado.
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