viernes, 6 de abril de 2012

Grupo 7



Se quejan los críticos de la imagen distorsionada, folclórica, de cómic, que presentan de España las películas americanas que se hacen aquí. Por ejemplo La fría luz del día que está ahora en cartelera. De ella el crítico del periódico dice: “cada vez que Hollywood decide poner los ojos en España para ambientar aquí una de sus películas tenemos la mala suerte de que salen los ejemplares más defectuosos de su cadena de montaje”. Debe ser que como estamos demasiado cerca no vemos la mugre que nos rodea. Pero lo mismo o más pasa con nuestros creadores cuando deciden hacer cine o literatura comprometida o social o crítica o como ahora se llame. Qué hay de los cineastas vascos abriendo los ojos o de los catalanes poniendo el oído o de los españoles en general abordando los problemas peliagudos, no tratando asuntos muertos como crucifijos y sotanas, señoritos y chachas. Los hay, claro, pero con escaso eco y ningún marketin.

            Es lo que pasa con Grupo 7, hecha por andaluces para andaluces y españoles. ¿Quién podría tomarla como representación de la Andalucía actual? No aparece la Sevilla planchadita de los anuncios turísticos, pero menos los negocios de la clase política que lleva 30 años mangoneando la región, a base de corrupción, nepotismo y clientelismo, a la que los andaluces, recientemente, acaban de dar la absolución y el aval para que sigan haciendo lo mismo. No hay “eres” en la película ni alcaldes babeando ante maquetas de ensanches urbanísticos, ni aparecen las mafias de la costa. Es una película amable, risueña, cachonda, con el salero andaluz como aglutinante, sobre el trapicheo de los barrios en los que se mueve la mercancía al por menor.

Como fondo aparece la transformación de la ciudad en los años anteriores al 92, pero no se habla de los grandes negocios de la época, sólo de las aventuras de una patrulla de jóvenes, el grupo 7, cazando a pequeños traficantes o persiguiendo a unos cuantos yanquis. Cine de palomitas, pues.

            Lo que no quiere decir que la peli no tenga su mérito, mérito crematístico quiero decir. Copia la estética de la Filadelfia de The Wire, adaptada a los escasos medios de la industria española, combinando la ficción con planos generales televisivos de la Sevilla pre 92, dota a cada miembro del grupo de una circunstancia propia, es ágil en el guión y en la planificación, resuelve la acción con mucho movimiento, a veces la cámara se pasa un poco, no se demora en las escenas de cama o en las sentimentales y no hace hablar a los actores innecesariamente, eso parece que lo han aprendido todos, y los actores, en general, están a la altura. Para gente que quiere ver cine sin complicaciones.

No hay comentarios: