sábado, 9 de marzo de 2024

Cuánto falta

 


Mi primer sentimiento ante los resultados que me ofrece la IA es de angustia, aplastamiento, de terror incluso. Leo un libro, me hago un resumen y luego le pregunto a la IA que a su vez me lo resuma y constato que lo hace mejor, lo resume y lo expresa mejor que yo. Encuentro en un libro una historia sobre la forma espiral y luego voy al asistente de IA y le pido que me haga la historia de esa forma. Me da dos versiones de la misma historia que se complementan y las comparo con lo que acabo de leer en el libro y lo que me ofrece es más completo. Estamos llegando el momento en el que la IA es mejor que cualquier diccionario o enciclopedia, mejor que un ensayo de divulgación, simplemente porque tiene acceso a todo el conocimiento humano, mientras que para cualquier mente particular el acceso y el tiempo son limitados. La IA accede en un instante, no solo al conocimiento que la humanidad ha acumulado también a las distintas formas de expresión, por ello, si está bien orientada, es imbatible.


Todavía no le he pedido que me haga un poema o que escriba una novela, definiendo yo los personajes, la trama, el tema, la acción. Considero, yo que me muevo mejor en el mundo de las letras, que la poesía o la novela forman parte del privilegio de la creatividad humana y que dejarlo en manos de una IA es menoscabarla. Sé que ya se publican poemas y novelas creados enteramente por la IA; hay un reducto en mí que se niega a aceptar la dependencia. Sin embargo, ¿qué es la IA sino una producción humana? En el Quijote de Cervantes estaba contenida la experiencia humana anterior. Lo mismo podemos decir de Shakespeare o de Leonardo da Vinci o del propio Newton. Esas mentes para llegar a donde llegaron procedían por atajos para destilar sus creaciones. ¿No llega al mismo resultado la IA computando?


Mucho me temo que la mente humana se irá encogiendo a medida que la IA aumente sus capacidades. De hecho, según estudios, ya lo estaba haciendo antes de la irrupción de la IA. Hay una mente social, colectiva, que funciona con la suma de todas las mentes. Su resultado es la civilización. No la vemos expresarse con una voz distinta y única sino que lo hace parcialmente en las voces de los destacados en distintos campos de especialización. La mente humana se ha ido achicando a medida que el proceso civilizatorio iba progresando. Ante una mente que destaca en un campo, un Einstein, un Darwin, un Nietzsche, el resto de los humanos nos encogemos y admitimos nuestra subordinación. La humanidad ya se viene comportando como rebaño desde los comienzos, pero quienes nos pastoreaban eran iguales a nosotros. La IA comenzó siendo una campeona en campos especializados como la computación, el go, el ajedrez, pero cada vez se asemeja más a esa mente colectiva que agrega todo el conocimiento humano y luego lo destila en distintos campos. ¿Cuánto falta para que a Einstein lo suceda la IA? ¿Cuánto para que sea el nuevo Cervantes español? ¿Cuánto para que sus películas sean indistinguibles de las de Steven Spielberg o Martin Scorsese? ¿Aceptaremos sin rebelarnos que sea la IA quien nos gobierne?


Esta tarde, si la lluvia me lo permite, pasearé por el bosque, seleccionaré unos cuantos detalles y le pediré a la IA que me haga el mejor poema para conquistar a la mujer que amo.



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