Como digo la peli está bien
hecha, aunque, claro, se nota la diferencia de presupuesto si se la compara con
las que se hacen en países próximos como Francia, Inglaterra e incluso Italia.
Javier Cámara está espléndido, naturalísimo, un enorme actor que va ganando con
el tiempo, muy bien también Ramón Fontserè y el resucitado Jorge Sanz, y los
demás, pues eso, cine español. Si alguien me lee pensará, dónde está el
reproche. En la concepción general de la peli, diría yo, una artificiosidad que
la recorre de principio a fin, como en el resto de las películas de este
director y de otros muchos españoles. Personajes y hechos ya vistos otras veces,
ya clasificados, donde todas las piececitas han de cuadrar, todo esperable, un
mundo bicolor, sin sorpresas, curas violentos, guardias con tricornios, tiernos perdedores y personas de una bondad infinita. Incluso hay varios personajes catalanes sobre los
que la mirada siempre es positiva, por si acaso. Comparada con Nebraska, que acabo de ver y comentar,
parece haber una diferencia insalvable, la derivada de los prejuicios, aunque
sean positivos, del conformismo y de las ideas que ya conocemos y asumimos. Un
poco de sorpresa y novedad, un poco de mala leche y un poco de realismo sucio, por
favor, ya estoy cansado de personajes buenones y portadores de ideas
inmaculadas en el cine español. Que miren Nebraska
y que confíen en la madurez del público español. Aunque, repito, la peli está bien contada y Trueba sabe hacer cine, pero yo le pido más.
miércoles, 12 de marzo de 2014
Vivir es fácil con los ojos cerrados
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