Hay investigación en la calle y luego el juego de tribunales con testigos sorpresa y trampas inesperadas. El inevitable elemento sentimental de la familia: una ex mujer que no lo es tanto y un niño. La escena en que alguien le hace ver al abogado que hay límites que no se pueden sobrepasar; el momento ético. Y por supuesto la inteligencia del protagonista que siempre es superior a la del malvado y el golpe de efecto final que no lo es tanto para quien ha visto muchas de estas películas de género.
Resumiendo, la peli no merece el desplazamiento al cine y pagar la entrada. Si el público asiste con menos frecuencia a los cines no se entiende que suban tanto las entradas.
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