miércoles, 17 de julio de 2019

Un amour impossible



Al contrario del boato con que se trata Almodóvar, esta pelí se construye sobre una historia como dios manda. Nada en el inicio nos advierte de lo que va a ocurrir, así que lo mejor es asistir virgen a la proyección sin saber nada de ella. Solo que detrás hay una novela y que detrás de la novela hay una vida de la que uno se puede informar a posteriori. La historia va fluyendo con lentitud, con un ritmo pausado en el que la historia romántica va posando los pies poco a poco en tierra hasta la explosión final. Que la historia funcione y sea creíble se debe en parte a los actores, especialmente a Virginie Efira, un prodigio de contención, en cuyo rostro vemos reflejados primero y esculpidos después los cambios que a lo largo del tiempo se van produciendo, también a las distintas actrices que van incorporando el tercer personaje, la hija de esa madre que acepta el destino adverso como una santa de otra época. Porque lo que vemos es una película río que abarca una vida entera, desde la pequeña ciudad de Châteauroux en los 50 al París actual.

Uno podría discutir con la película, pelearse con los personajes, con la guionista o la directora, con la novelista, o con quien sea que defienda alguna de las tesis expuestas brevemente al final, pero lo que no puedo hacer es decir que no me ha entretenido, que no me ha hecho pensar o que no me haya planteado dilemas morales que al fin es lo que hacen los buenos libros y las buenas películas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario