La boda de Rosa

 

Si el planteamiento inicial apuntaba en una doble dirección con interés: Rosa, a sus 45, nel mezzo del cammin della nostra vita, decide romper con una red de dependencias laborales, familiares y de amistad agobiantes e irse a otra ciudad para comenzar de nuevo. Ese es el apunte dramático. Como rito de paso a la nueva vida, toma una segunda decisión, casarse, pero casarse consigo misma. Esa es la parte cómica. Pero una vez apuntado el doble camino el desarrollo, es decir, el guion, es flojo, flojo. Yo me he aburrido muchísimo. No sabía qué hacer para que acabase la película que por lealtad a Icíar Bollaín, a quien he seguido desde siempre, aguanté hasta el final.