martes, 5 de noviembre de 2019

Guiñoles en el atril. 4ª temporada



En esta cuarta temporada se han redistribuido los roles, personajes que parecían irrelevantes se han apoderado del escenario y otros que parecía que con su brillo lo iban a imantar están siendo arrinconados hasta convertirse poco a poco en irrelevantes. Se puede decir que la temporada en su conjunto ha sido tediosa, salvo el episodio del asalto regional a la ciudadela. Empezó bien, con la variopinta coalición de secundarios, burgueses y desarrapados, trajeados hombres de provincia y buscabollos callejeros, en una alianza abracadabrante para arrebatar el poder a R. Sus seguidores nos prometíamos un periodo de disputas, intrigas y choques que nos tendría pendientes de la pantalla esta y otras muchas temporadas. Fue memorable, en el primer capítulo, el final de R. en aquella taberna de la ciudadela central, sentado con sus asesores a una mesa de contrachapado, con unas cuantas botellas sobre la mesa, cabizbajo, mesándose la barba, con un monólogo entrecortado e ininteligible, mientras el héroe del día, que estrenaba en el estrado un traje azul de la planta de caballeros del corte inglés, tras haber recibido el apoyo de la variopinta coalición, se mostraba exultante. El resto de episodios, salvo el del asalto a la ciudadela regional, un puro incendio, con descalabros de policías, autopistas y ferrocarriles cortados, airear de banderas por enmascarados, con traidores, monjas revolucionarias y valientes huidos todo en uno, han sido aburridos y decepcionantes. La reiteración en los posteriores, visto el éxito de ese capítulo, de incendios, cortes de calles y cierre de facultades, ha resultado cansina y ha terminado por desconectar al espectador que se ha dedicado a cambiar de canal buscando otras diversiones.

Se esperaba sin grandes expectativas pero con algo de esperanza el último capítulo, pero los protagonistas han llegado desfondados, guiñoles en el atril, cabezones y cuerpecitos, la escenografía no ayudaba, que repetían las mismas cantinelas. El héroe por accidente de la temporada hundía su mirada en papeles e informes de los que no surgía una idea brillante que pudiera encandilar. El sustituto del defenestrado R, aun mimetizado en la barba, procuraba desmarcarse de aquel, pero su acoso a S., el prota en funciones de la temporada, no era tan punzante como cabía esperar. La decepción sin duda ha sido la de la joven promesa que aspiraba a hacerse con el papel principal, aunque sus ideas han sido ordenadas y hasta valientes, ha perdido convicción y el entusiasmo de quien hasta hace poco se veía ganador. Se ha venido abajo y ya no tendrá ocasión de recomponerse y hacer que la gente se ponga de su parte. I. el más turbio de los personajes, es quizá de todos el mejor trabajado por los guionistas, envuelto en la ambigüedad, capaz de azuzar el resentimiento, cultivando la ignorancia y desviando la atención de sus seguidores hacia lo superfluo, mediante el amortiguador enfático de su vestimenta informal y su dicción rapera, al tiempo que sin asumir contradicción se refugiaba en la ciudadela central. Sus seguidores le perdonan su inconsecuencia. La sorpresa del último episodio saltó con el actor invitado, revestido por parte de los demás actores y por la prensa especializada como el oscuro, representante del mundo de las sombras que venía a corroer la placidez de los acuerdos y las reglas de juego consensuadas, apareció sin embargo como padre moderado, respetuoso y sereno, capaz de ocultar sus verdaderas intenciones bajo la apariencia de hombre patriarcal, dejó desconcertados tanto al resto de los actores como a los espectadores, lo que no empece para que la temporada acabase con el más aburrido de los finales. Todo el mundo espera que a los guionistas se les cierre el grifo y la serie concluya para siempre.

Se espera, sin embargo, en el bonus track o capitulo añadido por la productora el próximo día 10, que el espectador desnudo de emociones, reconvertido en pensador deliberativo, sepa escoger un buen proyecto de futuro más allá de la aburrida diversión que nos han proporcionado en la presente temporada los decepcionantes actores que la han encarnado.


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