Paul
Verlaine tuvo un carácter
problemático,
muy agresivo,
agravado por su afición a la absenta.
Atacado
por crisis de violencia, maltrató a
su madre, a
quien intentó estrangular, a
su mujer, Mathilde,
le
hizo la vida imposible,
con
su amante Arthur
Rimbaud (l'époux
infernal),
tuvo
peleas famosas, en una de ellas le
disparó. Vivió
sus últimos años como un vagabundo, como un clochard,
aquejado
de diabetes, úlceras, sífilis.
Sin
embargo fue un gran poeta. Misterios
del arte y de la vida. Existe una larga tradición que
asocia
arte y
desequilibrio
emocional. Estando en la cárcel, condenado
por la agresión a su amante,
compuso su poema más memorable Chanson
d'automne.
Les
sanglots longs
Des
violons
De
l’automne
Blessent
mon coeur
D’une
langueur
Monotone.
Tout
suffocant
Et
blême, quand
Sonne
l’heure,
Je
me souviens
Des
jours anciens
Et
je pleure
Et
je m’en vais
Au
vent mauvais
Qui
m’emporte
Deçà,
delà,
Pareil
à la
Feuille
morte.
Muchos chanssoniers franceses, Trenet, Leo Ferré, le han
puesto
música, atraídos por su sonoridad y ritmo. Me quedo, para cantar
esta
pausa
otoñal antes
de que vuelvan las lluvias, con
la
versión de George Brassens, música
e imágenes
adecuadas
para este momento.
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