jueves, 18 de diciembre de 2008

Siga la pista china

De cómo resuelvan los chinos su crisis económica dependerá el estado y el orden del mundo al día siguiente de que las cosas tomen la nueva senda. China es ahora mismo la fábrica del mundo -13% del territorio, la cuarta parte de la población, la tercera parte del PIB mundial y la mitad del crecimiento-, como lo era Inglaterra en el XIX. Sus productos son baratos, aunque defectuosos, y en ocasiones tóxicos, pero han contribuido a la bonanza general, entre otros de los propios chinos. Más,  los chinos han invertido 3 billones de dólares en deuda americana. ¿Qué va a pasar?

China es muy vulnerable: su PIB, basado en la exportación, se reduce drásticamente, del 11,4 % al 4%. Eso tendrá consecuencias políticas y económicas.
Una parte del paro creciente afecta a los jóvenes educados, cada año se gradúan casi cinco millones de chinos. Jóvenes que se han acostumbrado al bienestar y probablemente a pensar por su cuenta.
El Partido Comunista Chino (PCCh) perderá el apoyo y la legitimidad que obtenía con la prosperidad. La élite gobernante se mantiene unida porque tiene dádivas que repartirse, pero se romperá si sigue cayendo la economía, porque entonces comenzarán entre ellos a buscar culpables.
La inmensa mayoría de la población no tiene seguridad social, ni atención médica, ni educación gratuita. Hay millones de parados, la llamada población flotante, es decir, los 130 millones de campesinos desplazados a la ciudad como mano de obra barata, que comienzan a protestar.
Si 2009 se presenta difícil en las ciudades, 2010 será muy duro en las zonas rurales. Los que hayan vuelto ya se habrán gastado los ahorros y muchos ni siquiera tendrán tierra que cultivar, porque se la confiscaron o la malvendieron.

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