lunes, 6 de enero de 2020

6. Monasterio


Monasterio tiene amarrados los votos para que el próximo martes en segunda votación pueda alcanzar la presidencia del gobierno, aunque si uno solo de los prometidos apoyos declinase la investidura se iría al garete. Nunca el país ha vivido una tensión semejante. El silencio sobrevenido tras el fin de las deliberaciones en el Congreso este fin de semana está lleno de amenazas y temores. Muchos esperan que suceda algo extraordinario que haga que el nuevo gobierno no llegue a constituirse. Aunque las alianzas entre el partido de Monasterio con la derecha y los regionalistas aragoneses, cántabros, leoneses y canarios parecen firmes, se espera, se desea o se presiona y amenaza para que surja un diputado díscolo que cambie el sentido del voto. Un solo voto sería suficiente.

Como se sabe Monasterio tomó el liderazgo del partido cuando el líder anterior fue abatido por un comando del Movimiento de Liberación. Contra lo que predecían las encuestas, Monasterio ganó las elecciones con un amplio margen, anulando prácticamente al partido tradicional de la derecha y haciendo desaparecer al centrista, tras lo que se afanó en arduas negociaciones por conseguir la suma de nueve votos de la derecha y los regionalistas, justo en el límite de los necesarios. Ha ofrecido trasladar el Senado a León, aunque los leonesistas reclamaban el Parlamento a título de haber tenido el Reino de León las primeras Cortes de la península, y el Supremo a Teruel, pero ha impedido que sus proyectos estrella entrasen en la negociación: los siete campos de acogida de inmigrantes en el sur y en levante que, según sus adversarios, son lisa y llanamente de concentración, una educación y policía unificada, la supresión del sistema autonómico sustituido por mancomunidades en las provincias forales y en Barcelona, aunque para la reforma de la Constitución no cuente con los votos suficientes, y, lo que más polémica ha generado, la llamada ley de vuelta al hogar, por la que pretende que en una década las mujeres asuman la responsabilidad de la crianza de los hijos a tiempo completo con el fin de rejuvenecer una población tan avejentada y acabar con la debacle demográfica. Cuando presentó estás medidas, Monasterio no respondió a ninguna pregunta. Alguien sin embargo preguntó: "¿Por qué el Supremo en Teruel?", "Por el Justicia, por el Justicia", gritó uno de los asesores. "Y para Cataluña, qué?". "A Cataluña ni agua", gritó el mismo asesor.

Cómo muchas veces hemos visto en novelas y películas, alguien ha recordado al Henry Fonda de Doce hombres sin piedad, hay quien pone su esperanza en la conciencia de un hombre justo, un diputado que retirado estás horas en su apartamento de la playa medite a solas en la trascendencia del momento. Un hombre que, aunque militante de toda la vida de su partido, con convicciones firmes, religioso, amante de la familia, al que no se le conoce atisbo alguno de corrupción o de nepotismo, sepa medir en  conciencia las consecuencias que se pueden derivar del voto del próximo martes. Se indispondra con su partido, le será infiel por vez primera en su vida, pero se espera que pueda pesar en él la fidelidad mayor al país, al bien común que se quebrará si sigue la consigna recibida tras el pacto. Su sólo voto puede salvar al país.

En las últimas horas se han ejercido fuertes presiones sobre la diputada riojana, que en las pasadas elecciones, en una pirueta que dejó boquiabierto a medio país, rompió con las filas del populismo para crear Renovación de Izquierdas Riojana. Han aparecido pintadas de traidora y amenazas de muerte en su casa de Santo Domingo de la Calzada por lo que se ha recluido con marido e hijos en algún lugar inaccesible. También la casa familiar de Canales de la Sierra, en la Demanda riojana, ha amanecido con insultos de este tenor: "Capra hispánica", "Españolaza, puta, te vamos a rajar". Incluso se ha convocado hoy domingo una manifestación en la capital autonómica para que cambie el sentido de su voto. 

A estás horas, todo parece quedar a lo que decida en conciencia el diputado católico del partido de la derecha. El principal periódico del país abría está mañana a toda página: "A un sólo voto de la ignominia". "Cuanta razón, cuánta razón", musitaban los parroquianos en la barra.

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