Hoy
el viento vence la copa de los oscuros cipreses
pero
la araucaria se yergue delante del mirador
los
físicos bajan a la mina del átomo
indiferentes
a la opinión
afirman el entrelazamiento de las partículas distantes
no
discuto con Enrique sobre el color peculiar de los ciruelos rojos
pero
se enardece cuando defiende la eucaristía socialista
no
discuto con él en realidad
sino
con los papas y patriarcas con los soldados
con
las izas y rabizas de su fe
quisiera
que sus ojos claros viesen los brotes recientes del roble
el
tierno balanceo de las hojas del haya
acordar
entre los dos una verdad simple y común
el
latido anual de la vida renovada
el
olvido que apagará nuestras pasiones
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