viernes, 12 de diciembre de 2008

Hadijatou Mani, una exclava que dejó de serlo

Como las plantas en una ciudad abandonada, la realidad aparece destrozando las falsas construcciones mentales sobre paraísos perdidos.
Hadijatou Mani ha llevado a su país, Níger, a los tribunales por haber permitido que fuese una esclava sexual durante 12 años. Ha logrado una sentencia histórica: una primera sentencia que puede ayudar a miles de esclavos de la zona (unos 43.000) a ser libres. Está en Madrid.
"Es como un sueño. Aquí todo es bonito. Hasta el suelo".
Hadijatou tenía 12 años -ahora tiene 25- cuando el amo de su madre, también esclava, la vendió por 320 euros al terrateniente El Hadj Souleymane Naroua. Durante años fue golpeada, obligada a trabajar y violada (tuvo tres hijos de su amo de los que viven dos que aún siguen bajo su tutela).

En 2003, Níger endureció las leyes contra la esclavitud y Timidria presionó a Naroua, que tenía ocho esclavas. Éste firmó a regañadientes la liberación de Hadijatou y otras dos, que pasaron a convertirse en sus esposas "legales", pero no las informó. Cuando lo supo, Hadijatou huyó y le denunció. Pasado el tiempo se casó con un hombre de su elección (el padre de la niña que lleva en brazos), y Naroua la acusó de bígama. Los tribunales de Níger le dieron la razón al esclavista: Hadijatou pasó dos meses en prisión.
"Fue muy valiente. La mayoría habría abandonado, pero ella se hizo más fuerte".
El 28 de octubre, el Tribunal de la ECOWAS, la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental, condenó a Níger por no cumplir su legislación en contra de la esclavitud. El país no protegió a Hadijatou y deberá indemnizarla con 15.000 euros.
"Recurrí a ECOWAS porque no podía confiar en mi país. Espero que mi lucha ayude a que todas las mujeres sean liberadas de la esclavitud".

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