sábado, 14 de abril de 2007

Ciudadanos de segunda

No he visto Ciudadanos de segunda, el ya famoso documental emitido por Telemadrid. Por lo tanto no lo voy a juzgar, pero sí he leído las reacciones desabridas, histéricas o desproporcionadas que el documental ha ocasionado aquí en Cataluña. Éstas van desde el previsible yo soy madrileño y nunca tal y tal, en cartas al director, hasta la del político (Joan Ridao) que pide que de una vez se suprima la licencia administrativa de la emisora televisiva, lo que nos ilustra sobre su concepto de libertad de opinión y hasta donde llegaría su ejercicio si su partido controlase todos los resortes del país que dicen querer construir. Pero incluso los moderados nacionalistas dicen cosas como esta: "El presentador del programa Ciudadanos de segunda, producido por El Mundo TV, cometió la imprudencia de llamar "documental" a una expedición de castigo." Lo dijo el habitualmente moderado Tomás Delclós en EP el otro día. Expedición de castigo, como si Telemadrid hubiese enviado la infantería y la caballería juntas. Como siempre sucede en estos episodios al enemigo ni agua. Porque de lo que parece tratarse es de una guerra y la máxima a aplicar es la que aconsejaba el teórico del pensamiento político Carl Schmitt “Combate a tu enemigo”. Si yo fuese ellos preferiría entrar en razones, ponerme a discutir, pero supongo que eso no lo pueden hacer porque tanto sus creencias como las prácticas que de ellas se derivan son sagradas. Sagradas quiere decir que no les importa, y que desprecian, lo que piense una buena parte de la población que no comulga con esas creencias. Nos faltan en Cataluña pensadores y políticos pragmáticos, pero para ello deberían ganar la partida los no nacionalistas, que son los estigmatizados. La forma de pensar pragmática es la que resumía Hilary Putnam en cuatro puntos. Lo tomo de una reseña que Fernando Savater hace del libro El abuso del mal de Richard Bernstein. Antiescepticimo, porque la duda exige tanta justificación como la creencia; falibililismo, porque ninguna creencia puede tener absoluta garantía metafísica de que jamás podrá ser revisada; negación de una dicotomía insalvable entre hechos y valores; y primacía de la práctica en la tarea filosófica y política. Reivindicar el pragmatismo es librarse de ese radicalismo ideológico que aparece a la que salta en este país. Acabo con otro apunte de R. Bernstein. Para él, el mal radical “Es hacer que los seres humanos sean superfluos como tales”. A eso lleva el extremismo político o el religioso, todas aquellas ideologías que responden a una llamada superior, de Dios, de la nación o de cualquier ente abstracto, y que por ello valoran la comunidad o el colectivo por encima del individuo.

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El corresponsal de EP que sigue la campaña de Sarkozy persiste, día a día, en situarlo en la estela de Le Pen. En la entrevista de Liberation que ayer comentaba respondía a este propósito:

- ¿Quiere recuperar el electorado de Le Pen?

- Cuando digo que quiero recuperar a los obreros para que me voten, nadie me ataca. Cuando digo que quiero recuperar al elector del Frente Nacional (FN), algunos tiemblan. ¿En nombre de qué es malo recuperar los electores del FN?

Y en Meux, un suburbio de París, decía:

"Francia no es una raza, una etnia; no es el derecho de sangre, sino una voluntad de vivir juntos compartiendo los mismos valores. La libertad de conciencia no es negociable, la laicidad no es negociable, la igualdad del hombre y la mujer no es negociable".

1 comentario:

  1. Dius que no jutges el documental, però en canvi sí jutges de "desproporcionada" la resposta per part d'alguns. Estàs jutjant el fet per les seves conseqüències.

    La periodista es dirigeix a una monja anciana d'una escola concertada religiosa catalana: "Quisiera saber si mi hijo va a tener que aprender el catalán para poder estudiar en Cataluña". I la pobra monja replica tranquil·lament en castellà: "Claro, claro, tiene que aprender de todo..."
    Déu proporciona als seus una paciència infinita davant els afers terrenals, però no demanis a tothom l'actitud de Job.
    És difícil quedar-se callat quan apareix un pare que vol escolaritzar només en castellà al seu fill i diu que "no dedican ni un minuto a explicar quien es Miguel de Cervantes", o escoltar que "los profesores no dominan la lengua castellana" o que "el tipo de castellano que se enseña es como si fuera ruso"... I un grapat més d'acurades informacions.
    La llibertat d'expressió (que no és infinita) és una cosa i la femta periodística presentada com a documental n'és una altra.

    El gran descobriment del documental (que diuen va tenir un 5% d'audiència) el fa una italiana víctima del racisme català que diu que ha descobert que "hay varias Españas dentro de la España misma". La sopa d'all.

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