He
leído de una tirada El libro de las hermanas, de Amelie Nothomb. En
algún momento declara su admiración por El trigo verde, de Colette, un
modelo de escritura ágil y chispeante. Es una novela imperfecta, pero se lee
bien.
Tristane
nace en una familia cuyos padres se profesan un amor exclusivo. Tristane ha de
crecer por sí misma. Por suerte, cinco años después nace su hermana, Laetitia.
Ambas crecerán juntas y se profesarán un amor eterno. Son las dos hermanas del
título. Hay otros personajes secundarios, pero todo gira en torno a ellas. Más
de la mitad de la novela trata de ese amor que sustituye al hueco de sus
padres. Son los años 70 y 80, los años del rock. Laetitia preadolescente
aprende a tocar la guitarra, bajo el estímulo de Jimmy Page, de Led Zeppelin, y
crea una banda de rock. En Tristane, que comienza como bajo de la banda, prende
el amor por la literatura y se dedica a leer sin descanso. Los amores externos
de ambas hermanas surgen del grupo. Por fin, Tristane abandona la nórdica Maubege
por la Sorbona de París.
La parte final de la novela parece escrita con prisa. Amelie Nothomb no ha
tenido la paciencia para hacer evolucionar a las hermanas, para contar una
historia con peso, como si aburrida de su historia le faltase aliento para
continuarla, acostumbrada al formato que le ha dado éxito, a caballo entre la nouvelle
y el roman.
El libro de las hermanas es una novela para los amantes de la ligereza.
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