martes, 7 de septiembre de 2021

Sin piedad


 La historia son periodos de intensidad y periodos de meseta. Se repite en la historia la geografía. Lo dijo Humboldt, España es una meseta. Es imposible recorrer Berlín sin que en cualquier rincón aparezca una huella de lo sucedido. Como cualquier ciudad de Europa su historia es secular. Medieval y moderna, prusiana y nacionalista. Pero si el periodo de los federicos y guillermos aparece en estatuas y monumentos, universidades y avenidas, al turista se le escapa la imaginación hacia el horror y el guía no puede dejar de mencionarlo. 

Así que la pregunta siempre tiende al ¿cómo fue posible? Y la respuesta no siempre es la misma, cada uno tiene una dispuesta para quien se la pregunte. Pero no hay una mecánica de la explicación. Hubo miedo y hubo seducción, hubo la atracción del mal y hubo interés en heredar las propiedades de las víctimas, hubo inseguridad y cansancio. Pero con todos esos indicios no se acaba una explicación omnicomprensiva. No fue la primera vez que la humanidad perdió el sentido de piedad. 


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