miércoles, 30 de noviembre de 2022

Nop

 


No hace falta imaginar la inmensidad del cosmos, con solo mirar el firmamento, las nubes la luna el sol las estrellas visibles, se ve de inmediato la bolita en que estamos confinados. La Tierra es un lugar chiquito del que quizá alguna vez tengamos que escapar. Imagina cerca de Los Ángeles un rancho dedicado a la cría de caballos para uso cinematográfico. El espacio como en las películas del oeste es abierto, las perspectivas amplias sobre la lejana línea del horizonte. Qué temer en un lugar así sino que el cielo caiga sobre tu cabeza. Hay una nube afincada sobre una porción de cielo, inmóvil pero algo rebullir en su interior. Y a fe que lo hay. Una tarde, lo que sea baja sobre uno de esos espectáculos tan típicamente americanos donde se combinan la magia circense, la ingenuidad del público y lo esotérico hasta hacer de lo extravagante un espectáculo rentable, para tragarse literalmente a todos los participantes. A partir de ahí el suspense se irá acelerando por las ganas del espectador de saber que es 'eso' y de qué modo los tres protagonistas podrán ir escapando del peligro o acabando con la amenaza.


En Nop la imaginación cinematográfica vuelve a escena. Desde el principio se nos dice "¿Quieres disfrutar?, pues recupera la inocencia perdida de la imaginación infantil". La película se abre con la famosa secuencia compuesta por dieciséis fotografías de un jockey negro a caballo, creado por Eadweard Muybridge en 1887, un juego de placas, conocido como “Caballo en movimiento”, que al pasarlas rápidamente dan la impresión de movimiento. Pasen y vean dicen el director, Jordan Peele, y el productor, esto es cine y nada más que cine, no hay un momento que perder, te lo vamos a dar todo: un plató en Los Ángeles, un rancho del oeste a las afueras, una thriller de desaparecidos misteriosamente, el miedo a los fantasmas dañinos venidos del espacio exterior, y todo rebozado con humor, pues no hay un miedo que te clave en tu butaca sino un miedo fantasmagórico, de risa. La película es divertida, la más divertida del año, y absorbente, bebe de todos los géneros del cine popular y su única intención es que el espectador que la vea no tenga la impresión de que le han robado dos horas de su tiempo.




A Sun

La taiwanesa A Sun (Netflix) es otra cosa. Tengo la impresión de que es uno de esos ejemplos en los que la cultura oriental quiere trasladar los tópicos occidentales a su ecosistema cultural sin lograrlo del todo. Aquí, hay un padre que se gana la vida con sacrificada voluntad y que asume las directrices morales de incardinar la vida de sus dos hijos en un mundo ordenado. Pero sus hijos no son lo que él espera sino algo más bien parecido a Caín y Abel. La carga dramática recae sobre un padre excesivamente responsabilizado.


Hay una barrera que de momento parece difícil de franquear entre los modos de entender la vida entre Oriente y Occidente. En Oriente como decía Valery la hondura está en la piel, en Occidente el drama se esconde en las interioridades. ¿Cómo combinar ambos mundos?




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