sábado, 18 de enero de 2020

Que no decaiga la idea de enemigo



En algún observatorio, en algún despacho, en alguna buhardilla, alguien está dándole vueltas a ver cómo lo hacemos pasar. No es que sea urgente, los partidarios se mueven lentamente, aceptan lo que ocurre y son inmunes a las críticas porque tienen localizados a los adversarios, conocen uno a uno los nombres de quiénes han de reírse o maldecir u odiar, aquellos que una vez les incomodaron haciendo bailar una idea que tenían bien asentada, una duda que floreció brevemente, no es ese el peligro, ya no los leen y si los escuchan porque se les ponen delante por un descuido o por el mero azar, su imagen o el timbre de su voz son suficientes para desecharlos, el peligro es el paso del tiempo, la rutina, la normalidad, no tanto el que no se hagan cosas, que no haya novedades importantes, llamativas, que alguna habrá, del tipo prohibido fumar o el matrimonio amplio o la buena muerte, qué sé yo, un referéndum sobre Cataluña, una prohibición de los toros, el peligro es que decaiga la idea de enemigo, porque este no aparezca suficientemente pintarrajeado, o porque no se tengan más ideas con las que ensuciarlo o que todo dé igual porque nada sucede, en estos días en que hemos normalizado lo inaceptable, que hasta los contrarios tras algunos signos de irritación se retiran a sus cuarteles de invierno, cómo mantener la movilización, de eso se trata, si no se hace la gente terminará por desconectar, quedarse en casa repantingada en el sofá o yendo al centro comercial o a gritar al campo de fútbol los domingos cuando el niño juega en el equipo del colegio y hasta es posible que tras dos o tres o cuatro años de nuestro equipo en el gobierno alguno, unos pocos, siempre son unos pocos aunque suficientes, tras esos años dedicados a la crianza o al abuelazgo desenganchados de la actualidad, reconectados vuelvan a ver las cosas de otro modo, y los que vienen de abajo, en qué lugar del espectro se situarán, cuál será el ogro que querrán combatir, para ellos seremos los hermanos mayores asimilados, y entonces el poder se nos escurrirá de las manos por una larga temporada.

Palabras globo.


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